El porcentaje total de zurdos a nivel mundial se estima en un 15%, mientras que en España sería un poco menor, un 12%. Personajes tan conocidos como Iker Casillas, Barack Obama o Hugo Chávez comparten esta característica. Según los expertos, el que domine la izquierda o la derecha (zurdos-diestros) en ciertas funciones como la manipulación con las manos (mano con la que escribimos), o con los pies (con qué pie golpeamos el balón), la audición (el oído que colocamos en el reloj) o la visión (el ojo con el que miramos por el microscopio), viene determinada tanto genética como ambientalmente y se establecería a los 4-5 años de edad. Sin embargo, se ha visto que aproximádamente un 10% de los fetos utiliza preferentemente la mano izquierda en sus movimientos, cuando aún no han sido sometidos a ningún factor ambiental, por lo que esta dominancia de movimientos de la mano izquierda tiene que venir determinada por factores genéticos.
Aunque históricamente ha existido la creencia de que los zurdos eran inferiores, brujos o malditos, ser zurdo no entraña para la persona (y mucho menos para los demás…) ningún tipo de problema. Eso sí, si existe una homogeneidad de la dominancia. Es decir, si se es zurdo por completo (pie-mano-oido-ojo). Si esto no ocurre, sino que la dominancia izquierda-derecha es cruzada, pueden aparecer problemas de aprendizaje respecto al cálculo, la lectura o la escritura.
A lo largo de la historia, muchos personajes famosos han sido zurdos: emperadores romanos como Tiberio y Julio César, faraones egípcios como Ramsés II, Alejandro Magno, la heróica Juana de Arco (uno de los motivos para ser considerada bruja y ser quemada en la hoguera), Carlomagno, Napoleón Bonaparte y su esposa Josefina de Beauharnais (una de las parejas de zurdos más famosa de la historia), el rey francés Luis XVI y los monarcas de Inglaterra Victoria, Jorge II, Jorge IV, Eduardo III y la reina actual, Elizabeth II.
Por último, una curiosidad conocida recientemente mediante un estudio realizado en aves por la Universidad Macquarie en Sidney. En este estudio se vio que los loros jóvenes, al igual que los niños, van experimentando con ambos lados de su cuerpo hasta «decidir» si son zurdos o diestros. Según parece, esta especialización en los loros es bastante importante ya que determinaría la eficiencia a la hora de agarrar el alimento. Además, se ha visto que existe una correlación entre el ojo con el que el animal mira a la comida y la pata con la que la coge para llevársela a la boca. Curioso, no?…

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