Una escapada romántica además de cumplir los requisitos propios de este tipo de viajes puede complementarse con añadidos interesantes que sin duda aportarán un toque de color a tan íntima experiencia. Por ejemplo, aprovechar una salida romántica para ir de compras nos permitirá además conocer mejor el día a día de la gente del destino que hayamos elegido y pasear por lugares que ni siquiera nos habíamos planteado visitar, resultando una experiencia interesante, a lo que hay que añadir la complacencia que las compras suelen aportar

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