Hoy en día son de sobra conocidos los beneficios de la dieta mediterránea. Y se reivindica más que nunca debido al aumento de la obesidad en zonas donde tradicionalmente la base de la alimentación había sido las verduras, frutas, hortalizas, el aceite de oliva…Alimentos incluidos en esta dieta tan saludable. Por eso, no debemos dejar de recordar lo importante que es una dieta equilibrada y variada, que contenga todos los nutrientes que nuestro organismo necesita y huir de las dietas hipercalóricas ricas en grasas saturadas que no nos hacen ningún bien.
Por ello, hoy vamos a reivindidar la dieta mediterránea con el gazpacho andaluz. Es el alimento perfecto: nutritivo, hidratante, antioxidante, ligero y energético…y además está riquísimo! Durante siglos, en tierras andaluzas, el gazpacho era consumido por las personas que trabajaban en el campo durante el verano, con unas temperaturas de más de 40º C. Estas personas necesitaban hidratarse constantemente y disponer de energía para su larga jornada de trabajo, pero sin tomar comidas copiosas y pesadas que les impidieran llevar un buen ritmo de trabajo.
El gazpacho es una sopa fría cuyos ingredientes pueden variar un poco según la zona y el paladar de quien lo prepara, claro. Sus ingredientes básicos son: tomate, pimiento, ajo, aceite de oliva y un poco de sal y vinagre para sazonar. Se puede añadir además cebolla, un poco de pan, pimiento rojo, pepino, etc. Todo esto se tritura, se añade agua y se toma bien fresquito directamente de la nevera.
El gazpacho contiene propiedades antioxidantes, principalmente debidas a los carotenoides, licopenos, bioflavonoides y vitamina C del tomate, o a la vitamina C y capsidina del pimiento. En cuanto al ajo, podemos dar mil razones para consumirlo: previene la hipertensión, fortalece el sistema inmune, ayuda a curar las enfermedades respiratorias, es depurativo… El ajo está considerado uno de los vegetales con mayores cualidades curativas (como hemos comentado aquí alguna vez).
Por otro lado, el gazpacho contiene una alta concentración de minerales como hierro, calcio, fósforo, magnesio, cobre, potasio, cinc, manganeso o sodio, indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Y, por último, el aceite de oliva, el bien llamado «oro líquido». Es un potente antioxidante, protege el corazón frente a enfermedades coronarias, previene la muerte celular, disminuye el LDL (colesterol malo) y aumenta el HDL (colesterol bueno), entre otras muchas cualidades beneficiosas para nuestra salud.
Así que ya sabéis, este verano, un vasito de gazpacho al día para mantenernos sanos e hidratados.

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