La especie humana ha estado cargada de supersticiones a lo largo de su historia, y son muchas las creencias y costumbres insólitas que podemos encontrar alrededor del globo. Recientemente, dos peritos inspeccionaban una casa del siglo XVIII en North Yorkshire para ver el tipo de restauración que necesitaba la vivienda. Cuál fue su sorpresa al descubrir tras uno de los recubrimientos del techo una momia de gato de 200 años de antigüedad. Os podéis imaginar el susto en ese momento… La razón de este extraño hallazgo la encontramos en la antigua creencia de que emparedar a un gato entre las paredes de tu casa traía suerte y buena fortuna. Al parecer, afortunadamente los animales que sufrían dicho fin solían estar ya muertos. Según los peritos, no pocas veces han encontrado otro tipo de amuletos  como, por ejemplo, cebollas secas entre las paredes de muchas casas.

Sobre el gato encontrado en esta ocasión, han decidido devolverlo a los cimientos de la casa donde fue encontrado para que siga trayendo buena suerte.
Ya en el Antiguo Egipto, el gato era un animal ofrecido a los dioses en forma de momias. Esto hizo que grandes cantidades de estos felinos se embalsamaran y se vendieran a las puertas de los templos para ofrecerlos a los dioses. O bien, porque su dueño había muerto, ya que se creía que los acompañaban al mas allá. Pero, el uso que se les dio a estas momias egipcias de gato muchos siglos después fue bien distinta. Una compañía inglesa, cuando aún los ingleses se encontraban en Egipto, compró unos 17.000 kilos de momias de gato para molerlas y usarlas como fertilizantes… No nos debería sorprender tanto si tenemos en cuenta que por la misma época, finales del siglo XIX, gran cantidad de momias humanas procedentes de egipto fueron liberadas de sus vendas para, más tarde, elaborar papel con dicha envoltura.
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